“Sombras tejidas”: arquitectura social que transformará los espacios educativos en el Perú
El proyecto ha generado un sentido de orgullo y pertenencia, pues los propios miembros de la escuela y la comunidad participaron activamente en su desarrollo, lo que ha fortalecido la cohesión social.
El proyecto “Sombras tejidas”, desarrollado por los arquitectos Cristian Daniel Palomino Carbonel y Judith Peggi Palomino Carbonel, ha beneficiado a más de 500 estudiantes del colegio Villa Jardín No. 6072 en Villa María del Triunfo.
Según explicó Judith Palomino en entrevista la instalación de estructuras de sombra ha cambiado radicalmente la dinámica escolar. “Los espacios abiertos, antes inutilizables por la alta radiación solar, hoy son zonas activas donde los niños pueden jugar, aprender y compartir sin exponerse al calor extremo”, señaló. Además, los docentes han ampliado sus posibilidades pedagógicas, utilizando los patios como aulas abiertas.
—¿Cómo ha cambiado la dinámica escolar y comunitaria desde la implementación del proyecto?
Desde la instalación de Sombras Tejidas, la dinámica escolar y comunitaria ha cambiado significativamente. Los espacios abiertos, antes inutilizables por la alta radiación solar, hoy son zonas activas donde los niños pueden jugar, aprender y compartir sin exponerse al calor extremo. Los docentes también han ampliado sus posibilidades pedagógicas, utilizando los patios como aulas abiertas. A nivel comunitario, el proyecto ha generado un sentido de orgullo y pertenencia, pues los propios miembros de la escuela y la comunidad participaron activamente en su desarrollo, lo que ha fortalecido la cohesión social.
—¿Qué rol tuvo la comunidad educativa en el proceso de diseño e instalación?
La comunidad educativa tuvo un rol fundamental de validación y coproducción. Sombras Tejidas aplicó una tecnología desarrollada especialmente para este contexto, y con la comunidad se trabajó la planimetría que ellos mismos validaron antes de ejecutar el proyecto. Además, fueron partícipes del cofinanciamiento y la coproducción bajo un sistema de gestión social basada en resultados. Esta metodología permitió que el proyecto no solo se implemente, sino que se consolide como una experiencia compartida y sostenible, donde la comunidad fue protagonista de principio a fin.
—¿Han recibido propuestas o solicitudes para replicar “Sombras tejidas” en otras regiones del país?
Sí, hemos recibido solicitudes de Arequipa, Ica y Cusco. Nos resulta muy grato y sumamente interesante trabajar en contextos más agresivos, más lluviosos o más cálidos, porque eso nos permite poner a prueba tanto el sistema constructivo como la gestión social del proyecto. Sombras Tejidas debe ser capaz de adaptarse a los distintos contextos del Perú, respondiendo a la diversidad geográfica y climática que caracteriza nuestro país.
—¿Qué significó para ustedes haber sido finalistas en la XIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo?
Ser finalistas en la Bienal Iberoamericana fue el primer gran reconocimiento que recibió el proyecto. Habíamos intentado antes en otras bienales peruanas con el objetivo de consolidar la propuesta, pero sin mucho éxito. Este reconocimiento internacional nos permitió visibilizar el trabajo y encontrar una aceptación genuina por parte de jurados de distintos países, con una visión más global respecto a la innovación y la problemática que abordamos. Fue un verdadero impulso: nos hizo sentir que estábamos bien encaminados, nos dio confianza y nos fortaleció para seguir adelante con más convicción.
-¿Cómo creen que este reconocimiento posiciona la arquitectura social peruana en el contexto internacional?
Sombras Tejidas ha sido presentado en el CONARQ, lo que demuestra que la comunidad arquitectónica peruana empieza a mirar la propuesta con otros ojos. Estos reconocimientos no solo validan nuestro proceso, sino que también nos brindan una visión crítica y valiosa retroalimentación sobre lo que hacemos. Nos dan confianza, especialmente porque se trata de un proyecto nuevo, que todavía está en proceso de consolidación y validación dentro del mercado y la disciplina. Creemos que la arquitectura social peruana está empezando a ganar un espacio importante y que este tipo de experiencias demuestran la capacidad de innovar desde la necesidad, trabajando en red con grupos de personas que comparten una misma mentalidad y validan cada paso que damos como una muestra de confianza colectiva.
DATAZO
 La iniciativa fue presentada en el XIX Congreso Nacional de Arquitectos – CONARQ Lima 2025, realizado en el campus de la Pontificia Universidad Católica del Perú, bajo el título: “Sombras tejidas: de la indiferencia social a la transformación comunitaria en espacios educativos”.
Escrito por
Periodista de locales que un día entró, sin avisar, a culturales y de allí nadie me saca
 
   
  
 
            
        